Assange eligió entre las 10 habitaciones de esta residencia de estilo georgiano situada en medio de un dominio de 240 hectáras, para una estancia que podría durar varios meses.
El fundador de WikiLeaks Julian Assange, probablemente pasará algunos meses recluido en una mansión situada a 124 millas de Londres, a la espera de un fallo sobre su extradición a Suecia.
La imponente mansión con la fachada cubierta de hiedra, conocida como Ellingham Hall, está situada en medio del campo, aunque depende de una aldea compuesta por una veintena de casas y sin ninguna tienda, cercana a la localidad de Bungay, en el norte del condado de Suffolk (este de Inglaterra).
La propiedad, tiene también su propia granja biológica.
Assange eligió entre las 10 habitaciones de esta residencia de estilo georgiano situada en medio de un dominio de 240 hectáras, para una estancia que podría durar varios meses si se agotan todos los recursos legales posibles.
Jáula de oro
El australiano, de 39 años, deberá llevar un brazalete electrónico, presentarse una vez al día a la comisaría local y respetar un 'toque de queda'.
Pero su calidad de vida sin duda, será muy superior a la de la prisión de Wandsworth (suroeste de Londres), donde estaba en una celda de aislamiento, sin teléfono móvil ni acceso a prensa o internet. Un "régimen de castigo", y en "condiciones dickensianas, victorianas", según su abogado Mark Stephens.
Además, dispondrá de conexión a internet, precisó por su parte Kristinn Hrafnsson, un portavoz de WikiLeaks, portal que difunde desde finales de noviembre miles de cables confidenciales de la diplomacia estadounidense.
"Incluso con las condiciones severas, bajo un virtual arresto domiciliario, podrá trabajar", agregó.
El propietario de Ellingham Hall, Vaughan Smith, precisó al diario Daily Telegraph que Assange dispondría de una habitación "sencilla" en el primer piso, y pagará por su alojamiento y mantenimiento en la mansión, que dispone según la prensa de una bodega bien surtida.
Vaughan Smith, un ex oficial del ejército convertido en corresponsal de guerra, es uno de los fundadores del club de periodistas "Frontline", situado en el barrio londinendse de Paddington, donde Assange ya se alojó en secreto antes de su detención el 7 de diciembre
"Me sitúo del lado del oprimido. Es un amigo, confío en él. No creo que vaya a huir", declaró a la salida del tribunal donde comparecía Assange.
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