WOOLWICH.- Julian Assange, el fundador de Wikileaks -el sitio en internet que filtró cables diplomáticos secretos de Estados Unidos- teme que podría enfrentar la pena de muerte en ese país, según documentos de sus abogados defensores.
Assange se presentó este martes ante un tribunal de Londres que tiene a su cargo el proceso de su posible extradición a Suecia.
El gobierno sueco pidió la extradición de Assange tras acusaciones de delitos sexuales contra dos mujeres. Él niega los cargos.
Su abogado dijo que hay un "riesgo real" de que entonces EE.UU. solicite también su extradición, esta vez vinculada con la filtración de los cables diplomáticos.
En la audiencia judicial de este martes se fijó para el 7 de febrero el juicio sobre el posible envío de Assange a Suecia para que enfrente los cargos en su contra.
Pérdidas 480 mil euros semanales
Assange ha denunciado el martes una campaña de EE UU contra él y sus seguidores. El fundador de Wikileaks se ha quejado de que se intervengan sus cuentas de Twitter así como de la diputada islandesa Birgitta Jónsdóttir y el hacker holandés Rop Gonggrijp.
Esta mañana ha comparecido ante la justicia británica de nuevo y se ha declarado satisfecho del curso que sigue su proceso. Assange ha entrado en una sala flanqueado por dos agentes y ha permanecido tras una pecera de cristal durante los apenas 10 minutos que ha durado la vista. El único cambio sustancial: tendrá derecho a dormir en Londres, en el Front Line Club, los días en que se juega la extradición a principios de febrero.
"Estamos contentos con el resultado de hoy y he pedido a la corte que estén disponibles para la prensa nuestros argumentos", ha dicho Assange a la salida del tribunal. Su abogado, Mark Stephens, ha dicho que el documento con estos argumentos estará disponible en su página web. El fundador de Wikileaks ha prometido que su página va a seguir publicando material como el de los cables del Departamento de estado de EE UU o los papeles de Afganistán. Assange está listo para "luchar por su caso", ha dicho Stephens
Esta mañana le acompañaba nuevamente su amigo Vaughan Smith, propietario de la mansión georgiana en la que Assange pasa sus días de libertad bajo fianza. En los pasillos de la Corte Real de Justica de Woolwich, ha declarado a EL PAÍS: "Hoy se han hecho progresos y confío en que todo saldrá bien". También le acompañaba la activista pro derechos humanos Bianca Jagger. En la cafetería del juzgado, se ha declarado "satisfecha con el curso que sigue el proceso". En perfecto castellano, la nicaragüense ex mujer de Mick Jagger, ha dicho: "Mi auténtica preocupación es el derecho a la privacidad y la libertad de prensa".
Assange ha dicho antes de comparecer ante la justicia que su arresto domiciliario en una zona rural de Inglaterra es "una situación orwelliana". "Estoy vigilado de forma permanente", se ha quejado Assange en una entrevista emitida a primera hora de hoy por France Info y, aunque ha reconocido estar "acostumbrado a este tipo de presión, la situación actual es "tal vez la más dramática" que haya vivido nunca. Assange, que se encuentra en liberad condicional en Reino Unido desde el 16 de diciembre, ha hecho estas declaraciones antes de acudir esta mañana a los juzgados de Londres para el último paso antes del inicio del proceso de extracción a Suecia, donde los tribunales le acusan de "agresión sexual". El tribunal ha ratificado que la vista para su extradición será los días 7 y 8 de febrero.
En todo caso, Assange ha asegurado en la entrevista previa -ha llegado al juzgado en coche y sin hacer declaraciones- que "pase lo que pase", seguirán. "El número de publicaciones diarias se ha intensificado estos últimos tiempos y va a seguir aumentando", ha prometido el australiano. Assange ha dicho sentirse respaldado porque en todo el mundo sus "simpatizantes y defensores continúan luchando" por ellos. "No soy el único amenazado, todos los miembros de nuestro equipo lo están", ha comentado, en referencia al caso de un joven analista en prisión desde hace 230 días en una cárcel de Virginia a la espera de un proceso contra él de la justicia estadounidense.
La vista, los próximos 7 y 8 de febrero
Assange ha comparecido a las 11.00 hora peninsular española ante el tribunal de Woolwich. Durante la audiencia, se esperaba que se estableciera un intercambio de pruebas y los testigos que se llamarán para testificar entre las partes de cara a la vista, los próximos 7 y 8 de febrero, en que se decidirá su extradición a Suecia, donde debe declarar por dos presuntos delitos sexuales.
"La sesión es para asegurar que están identificados los asuntos del caso y que la preparación está progresando en el tiempo adecuado", había señalado previamente al respecto un portavoz del tribunal. De momento, sólo ha trascendido que el juez mantiene las fechas del 7 y 8 de febrero para la vista. Por su parte, un miembro de Wikileaks expresaba ayer a este periódico que esperan que se relajen las condiciones de libertad bajo fianza en las que vive Assange estos días. En conversación telefónica, su abogada, Jennifer Robinson, declaró: "Las condiciones de su libertad condicional son muy restrictivas". Assange lleva un brazalete electrónico de control y debe presentarse todos los días entre las 14.00 y las 17.00 en comisaría. "Estamos trabajando duro para que no se produzca la extradición", señaló su abogada.
Los abogados del antiguo hacker australiano temen que, si Reino Unido entrega a Assange a Suecia, este acabe siendo extraditado a Estados Unidos. Washington está estudiando la posibilidad de acusarlo de espionaje por la difusión en Wikileaks -y en varios diarios internacionales, entre ellos EL PAÍS- de cientos de miles de documentos relacionados con la guerra de Irak, el conflicto de Afganistán y los despachos secretos y confidenciales de las embajadas estadounidenses en casi todo el mundo. Por ahora sus abogados estudian la posibilidad de solicitar asilo en un tercer país, y entre esas posibilidades estarían al menos Suecia o Australia.
Assange, que enfureció a Estados Unidos tras la mayor filtración de documentos secretos de la historia, ha defendido en varias ocasiones su inocencia. Una de ellas fue a las puertas del Tribunal Supremo de Londres cuando tras pasar nueve días en prisión quedó en libertad al pagar una fianza de unos 283.000 euros. El escándalo puede costar caro a Wikileaks. Assange declaraba ayer en una entrevista que tras la difusión de los cables el portal pierde más de 480.000 euros por semana desde que se cerrara una de sus principales fuentes de financiación.
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