El papa Benedicto XVI decretó la beatificación de su antecesor, Juan Pablo II, y fijó la fecha de la ceremonia para el 1º de mayo, seis años y un mes después de su muerte, el 2 de abril de 2005.
La resolución del pontífice llega inmediatamente después de que el prefecto para las Causas de los Santos del Vaticano, el cardenal Angelo Amato, presentara un informe con las pruebas de que Karol Wojtyla obró un milagro al interceder en la curación de la monja francesa Marie Simon-Pierre, enferma de Parkinson.
La beatificación es un prerrequisito para acceder a la condición de santo, proceso que habitualmente lleva décadas y en algunos casos siglos, pero que en el caso de Juan Pablo II avanza por la vía rápida.
El proceso para la beatificación de Karol Wojtyla, máxima autoridad de la Iglesia Católica desde 1978 hasta su muerte en abril de 2005, comenzó en Roma el 28 de junio de ese mismo año.
El día del funeral del "papa viajero", la multitud coreó "santo subito" para pedir su canonización inmediata. No fue así, pero en su caso Joseph Ratzinger prescindió de la costumbre de esperar cinco años después de la muerte.
El propio Juan Pablo II ya había impulsado la aceleración del proceso de santificación. Además fue el pontífice que más santos elevó a los altares, con 482. Beatificó a 1.338.
clic Participe: ¿Qué opina de la beatificación de Juan Pablo II?
El milagro
Para poder ser beatificado se requiere la constatación de al menos un milagro (dos para ser proclamado santo).
El camino de la santidad
El proceso de canonización empieza transcurridos cinco años desde la muerte del candidato o candidata. Para tomar su decisión, la Iglesia Católica analiza la vida y obra de la persona y busca "evidencia" que confirme su santidad.
* Primera etapa: la persona es declarada "servidor de Dios".
* Segunda etapa: se la declara "venerable".
* Tercera etapa: beatificación; la persona es considerada "bendita" (require de un milagro atribuido al candidato).
* Cuarta etapa: canonización, la persona es declarada "santa" (requiere de la autenticación de otro milagro).
En el caso de Wojtyla, el milagro alegado por el cardenal Amato es la curación de una monja enferma de Parkinson.
La hermana Marie Simon-Pierre, una monja francesa que sufría la misma enfermedad que el propio Papa, alegó que se curó misteriosamente dos meses después de la muerte de Juan Pablo II al rezar por él.
0 comentarios:
Publicar un comentario