En un acto en el Palacio Nacional el director de El Día destaca su compromiso con libertad prensa
El Gobierno entregó ayer el Premio Nacional de Periodismo a Rafael Molina Morillo, director del periódico El Día, durante un acto en el Palacio Nacional encabezado por el presidente Leonel Fernández y el ministro de Educación, Melanio Paredes.
El abogado y periodista recibió de manos del presidente Leonel Fernández un pergamino que los acredita como ganador del premio y un sobre con RD$650,000.
En representación del Grupo de Comunicaciones Corripio, al que pertenece el diario El Día, asistieron Manuel y José Alfredo Corripio. También estuvieron presentes la primera dama, Margarita Cedeño de Fernández, el ministro de la Presidencia, César Pina Toribio y el director de Información, Prensa y Publicidad de la Presidencia, Rafael Núñez.
Un grupo de comunicadores, directores de medios, familiares y allegados a Molina Morillo también hicieron acto de presencia en el Salón de Embajadores de la casa de gobierno.
El ministro de Educación, institución que otorga el premio, previo elección del jurado, dijo que la práctica profesional del director de El Día ha tenido sentido ético no sólo en el periodismo, sino además en otras funciones públicas y privadas.
Indicó que su figura es un ícono en el periodismo dominicano, por lo que es merecido el Premio Nacional de Periodismo que cada año entrega la institución que dirige.
Habla Molina Morillo. Luego de agradecer al jurado por haberlo escogido como el ganador, Molina Morillo dijo que el premio le llena de júbilo y orgullo, al igual que a su familia, pero que al mismo tiempo lo compromete a una gran responsabilidad.
Indicó que en los 62 años que lleva en el ejercicio periodístico lo ha asumido como un sacerdocio o un matrimonio sin divorcio con la libertad para que todos se puedan expresar libremente en busca de la verdad.
“El hecho de que el Estado dominicano, a través de estos premios, estimule la libertad de expresión, enaltece a los gobiernos que año tras año mantienen su auspicio, y en este punto hay que reconocer, sin regateo, que la administración del presidente Fernández ha sido consecuente en el respeto de ese derecho fundamental, sin el cual sería imposible defender y mantener vigentes los demás derechos humanos”.
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