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Cuidado con el lavado en la música dominicana


POR CHOLO BRENES

Todos ustedes son testigos desde hace muchos meses, quizás años, que hemos hablado de cosas muy fuertes, algunos consideran ya tedioso el decir las mismas, para mi es un deber recordarlas siempre. Hemos hablado del lavado de dólares, de lo incomprensible que es un país en situación económica tan desastrosa presentar al año más artistas internacionales y exageradamente pagos que en Miami, Puerto Rico, y en proporción más que Nueva York. Consideran que República Dominicana es la plaza de los más jugosos y millonarios contratos que existen en la actualidad. Yo no necesito investigaciones del organismo antidrogas de los Estados Unidos (DEA), de la Dirección Nacional De Control de Drogas (DNCD), para darme cuenta que aquí hay algo raro, que definitivamente hay dinero sucio metido en estas cosas. Lo he dicho una vez, decenas de veces y nadie, absolutamente nadie de ningún organismo nacional o internacional le ha importado investigar esto.
Ellos son los que deben de tener la respuesta más cerca de la punta de la lengua sobre esa situación de estos espectáculos. Es la Dirección General de Impuestos Internos como decía y he dicho en algunos trabajos la que tiene que actuar, porque esos espectáculos tienen que pagar impuestos, y ellos lo saben muy bien mejor que nosotros, o es que hay una política en este país, en estos momentos, de estar recibiendo y manejando muchos dineros a través del negocio de la droga. Yo se que estoy diciendo cosas muy duras, si yo no tengo razón, demuéstrenme lo contrario. Cuantas veces he hablado de las mulas, cuando algunas bandas de música sirven como transporte de dólares nosanto al país. Fíjense bien de la cantidad de viajes que hacen diseñadores de modas y cronistas de arte constantemente. Lo fácil que es obtener visa para los Estados Unidos y Europa a través de ellos. La cantidad de condenados y deportados que han salido con doble identidad a cualquier país de Europa. Ah, que Cholo,….. Esta loco; bueno, todavía no he ido donde ningún psiquiatra quizás lo necesite, para que me ordene mis pensamientos. Pero realmente en estos últimos años nuestras instituciones políticas, legislativas, ejecutivas y militares se soportan sobre un baño de n arco y de lavado. Algunos nos dicen que gente como yo son las voces de los cobardes, sinceramente, ya me lo estoy creyendo. (Publicado en el Periódico El Nacional).-

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