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La casa debajo del puente


VARIAS FAMILIAS VIVEN EN HACINAMIENTO DEBAJO DEL PUENTE JACINTO J. PEYNADO, EN LA CAPITAL DOMINICANA.

En su pequeña casucha hecha de sábanas y cortinas, Leury Salvador y su mujer improvisan cada día qué hacer y qué comer, y ante las miradas de las personas ya parecen acostumbrados a la falta de privacidad que tienen viviendo debajo de uno de los puentes de esta capital. Aunque sus ojos parecen reflejar felicidad, no ignoran el estado de hacinamiento y pobreza en que se encuentran; sin energía eléctrica, a la intemperie y esperando una mano amiga que los ayude a salir de su situación. Leury y la señora Isabel Mesa habitan desde hace cinco años debajo del puente Francisco J Peynado, el cual une a la capital con Santo Domingo Norte. Narran que viven en esa situación desde que en el 2005 su casa quedó destruida después de la crecida del río Isabela en La Zurza donde tenían su vivienda. Desde ese momento se mudaron con sus ajuares debajo del puente; una silla plástica, una cama, varias ropas, una mesita, un calendario, un mueble y otras cosas adornan el estado en que sobreviven.
Sin embargo, Leury no pierde las esperanzas y trabaja en el mercado de la Duarte en un camión de plátano ayudando a un amigo suyo. “Algo bueno tiene que venir para nosotros porque Dios sabe que nosotros no somos gente mala, no le hacemos daño a nadie”, asegura el joven de apenas 27 años mostrando así su optimismo. Pero a pesar de la situación en que viven no escapan de la delincuencia, pues cuentan que desconocidos han querido robar sus pertenencias al grado incluso de que una vez una persona intentó quemar sus ajuares sólo por hacerles una maldad. En sus nueve años de convivencia no tienen hijos; por su lado Leury tiene dos hermanos que viven en Puerto Plata y la señora Mesa, de 39 años, tiene sus familiares en San Cristóbal. Ante la ausencia de la energía eléctrica en su hogar no tienen aparatos electrónicos; la forma de ambos recrearse es con una partida de barajas o jugando con su perra a la que llaman “Negra” y que ya tiene unos 14 perritos. Pero sin importar el estado en que viven; para la entrada de la navidad colocaron una pequeña decoración sobre las sábanas que hacen de paredes a modo de reflejar la alegría de este feriado. Por eso esperan la llegada del año nuevo donde varias personas pasan en vehículos y a pies y le desean felicidades.

Un “barrio” invivible

No sólo son ellos, también en el mismo puente separados de estos viven otras personas que con varias sábanas tratan de tener un poco de privacidad. “He pensado mudarme, pero que yo quisiera tener un trabajito fijo donde yo me esté ganando mis chelitos para pagar mi casita donde yo viva”, manifiesta el joven Leury. Pero, mientras tanto deben conformarse con vivir a la intemperie, rodeado de basura, de la mirada de la gente y con el hecho de que según afirmaron hasta ahora ninguna autoridad se ha acercado a ayudarlos. Ante la situación solicitaron al gobierno o a alguna empresa privada que les ayude a salir del estado de hacinamiento en que se encuentran viviendo debajo del puente. Un llamado a las autoridades hacen los esposos Salvador-Mesa para que los ayuidenm a salir del hacinado lugar donde residen debajo del puente Frnaicsco J. Peynado. Aseguran que por su estado de pobreza llegaron hasta ese lugar y esa condición le impide buscar una vivienda digna donde residir.

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