Investigadores científicos que lograron rastrear el virus del sida hasta los portadores originales, ayudaron a capturar a dos criminales que infectaron conscientemente a varias parejas sexuales con VIH, según un estudio publicado el lunes. En ambos casos, uno en el estado de Washington (noroeste) y otro en Texas (sur), los hombres fueron hallados culpables de infectar a varias mujeres con el virus que causa el sida, luego de que la ciencia confirmara el vínculo. La investigación marca así un hito para los científicos, que ahora pueden afirmar definitivamente qué persona está en el origen de una infección. "Es el primer estudio de caso para establecer la dirección de una transmisión", dijo Michael Metzker, profesor adjunto de la facultad de medicina Baylor en Texas y uno de los coautores del trabajo publicado en los Anales de la Academia de las Ciencias (PNAS, por su sigla en inglés).
Los científicos estaban "ciegos" durante los estudios, lo que quiere decir que no estaban al tanto de cuáles muestras venían de los acusados y cuáles de las mujeres. El proceso era complicado por la forma como se presenta el VIH en una persona infectada, dijo Metzker. "En una persona determinada, no hay sólo una cepa sino una población de cepas, porque el HIV muta todo el tiempo", explicó. "No obstante, durante la transmisión hay un cuello de botella genético, en el cual solo uno o dos de los virus son transmitidos al receptor". Al restringir la investigación a un solo "ancestro" de VIH y comparar dos regiones distintas del gen del virus en diferentes sujetos, los científicos pudieron reconstruir la historia del virus, en un proceso conocido como análisis filogenético. Pero, lo que es más importante, los científicos pudieron descifrar cuál de las muestras era la fuente de la infección. Luego de hecho el análisis, los investigadores entregaron sus resultados y los fiscales de distrito los vincularon a los sospechosos, que en ambos casos coincidieron con quienes ellos creían responsables de las infecciones de las mujeres. Como resultado, Philippe Padieu fue sentenciado en 2009 en Texas a 45 años de prisión y Anthony Eugene Whitfield fue sentenciado en 2004 en Washington a 178 años de prisión.
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