Padres que no conciben educar a sus hijos sin castigos físicos son un problema global que se extiende por generaciones y culturas, como descubrió BBC Mundo a partir de una visita a una escuela de la selva amazónica de Perú. "Muchas gracias por hablar con nuestros padres, el mío tenía preparada una correa anchísima para pegarme, pero gracias a tu charla, ésta vez no lo hizo", dice aliviada Susana (nombre ficticio), de 11 años, mientras abraza a la psicóloga de su colegio. Las compañeras de clase la apoyan: "¡Eso, eso. A mí tampoco me pegaron ayer!", exclama otra. No van mal en sus estudios, pero una nota más baja o desobedecer una orden puede enfurecer a su padre o su madre, que entienden la paliza como una medida correctiva.
¿Cómo castigar a los niños?
Susana, muy puntual y aseada, va cada día al Centro Educativo Virgen de Guadalupe, en Tarapoto, la selva norte del Perú. Ahí les enseñan el respeto a las personas y el medio ambiente, la empatía y la responsabilidad. Pero al volver con su familia a su casa, fabricada con calamina, ladrillos y plásticos, no encuentra los mismos valores. "Mis padres me palean si me porto mal. Pero yo los entiendo, porque no siempre soy buena", reconoce mirando al suelo. Al centro acceden con prioridad los que tienen menos recursos económicos. Aproximadamente el 30% son indígenas y entre ellos no se acostumbra tanto castigar físicamente a los hijos. "Los nativos son personas que por lo general viven tranquilos, adaptados a lo que la naturaleza les da. Por el contrario, los no nativos son personas más voraces si de surgir se trata", detalla la psicóloga Evelynn Vargas.
Erradicar la violencia es la tarea más difícil para la escuela.
"La violencia aquí está totalmente normalizada. Erradicarla en los hogares es la tarea más difícil con la que nos enfrentamos desde la escuela. El último caso es una madre que intentó quemar la cara de su hija de cinco años", afirma la psicóloga del centro. "Ahora estamos haciendo averiguaciones", le dice Vargas a BBC Mundo. En este colegio, promovido por la asociación peruano-española Videsol, las reglas sólo sirven para medir centímetros, pero no en todos los centros es igual. Mayda Ramos, adjunta para los derechos de los niños y la adolescencia de la Defensoría del Pueblo de Perú, asegura que el castigo físico a los menores no sólo se da en el ámbito familiar, sino también en la escuela. El último caso es una madre que intentó quemar la cara de su hija de cinco años. "Es muy famosa la frase de la letra con sangre entra, y los padres autorizan a los profesores para que los castiguen, sobre todo con bofetadas, jalones de pelo o golpes con punteros y reglas", declara. Un informe de 2009 del Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (Unicef), basado en encuestas realizadas en 16 países de América Latina, muestra que hasta el 80% de los adultos considera natural recurrir al maltrato infantil, en el que se incluyen las agresiones físicas y psicológicas, la violación y el abuso sexual, para imponer disciplina. Y según el Estudio del Secretario General de Naciones Unidas sobre la violencia contra los niños, los castigos físicos a los menores ocurren en todos los países y afectan a todos los grupos sociales del mundo. "Yo no me veo capaz de educar a mis hijos si no es pegándoles. Además, un niño nunca se va a atrever a denunciarnos, no sabe ni cómo hacerlo. Y si la policía nos dice algo, lo intentamos solucionar entre nosotros y ya está", dice el padre de un alumno. La encargada de defender los derechos de los menores en Perú destaca que ningún caso llega al Poder Judicial y que el Estado no ofrece muchos espacios donde recurrir. "La denuncia es un proceso lento y normalmente la víctima carece de abogado, porque el gobierno casi nunca facilita uno de oficio y ellos no tienen recursos para pagarlo". "No obstante, sería caótico criminalizarlo porque no podemos meter a todos los padres en la cárcel. Hacemos una política de prevención. El Ministerio de la Mujer tiene programas diseñados, pero apenas hay recursos", explica Ramos.
Me gusto mucho este articulo, la verdad es un problema muy grande globalmente. Muy penoso que aun existan personas las cuales creen que la violencia es un metodo de educacion.
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