Por Solangge Burdiez
¿Alguna vez te has detenido a pensar dónde comienza y dónde termina el amor? Todos hablamos sobre amor, pensamos en el amor, soñamos con el amor y vivimos indagando sobre este sentimiento extraño y misterioso que nos invade profundamente. Algo que todavía no logramos entender a cabalidad y que tiene tanto poder en nuestras vidas, es, definitivamente, la fuerza que mueve el mundo!!!
Todos queremos y anhelamos amor. Al fin y al cabo vivimos por él y para él.
Pero este precioso sentimiento está lleno de matices. Muchas veces nos levanta, nos anima, nos alegra, nos ilumina y nos llena de ilusión. Otras, en cambio, nos arrastra, nos tumba, nos hace llorar y hasta nos hace pensar en la idea de morir.
¿Cuál es la diferencia? ¿Cómo es posible que un sentimiento pueda ser tan contradictorio? Tiene los dos lados de una balanza, las dos caras de una moneda...
Amor: paz y desasosiego, dicha e infelicidad, ternura y rabia, sonrisas y lágrimas, alegría y amargura, luz y sombra...
Todo depende del cristal con que se mire. El amor es y será siempre el sentimiento más hermoso que puede albergar el corazón de un ser humano. Es el sentimiento que da vida y que nos puede llevar a la plenitud de nuestras vidas. El amor es Dios manifestado. Mueve montañas y no tiene límites.
Simplemente es mejor dejarlo ser y manifestarse en nuestras vidas sin permitir que nuestra mente, que es quien lo juzga y lo condena, intervenga.
Dejar que se manifieste su fuerza y su poder en el sentido más noble y elevado, es la misión de cada ser que habita este planeta. Su contradicción sólo reside en nuestra mente, en la ilusión y en las expectativas que nosotros mismos nos creamos.
¿Dónde comienza y dónde termina el amor???
En el aire que respiras, en lo más profundo del océano, en cada puesta de sol, en el rocío de la mañana, en cada célula de tu cuerpo, en cada palabra que pronuncias, en fin.... en el mismo centro de tu corazón: EN DIOS!!!
Aceptarlo, vivirlo intensamente y dejar que fluya a través de nuestras venas para que se contagie todo lo que está a nuestro alrededor es lo mejor que podemos hacer por nuestro propio bien y el granito de arena que podemos aportar para hacer de este mundo la magia del amor en su máxima expresión.
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