Un manotazo duro, un golpe helado,
un hachazo invisible y homicida,
un empujón brutal te ha derribado.
un hachazo invisible y homicida,
un empujón brutal te ha derribado.
No hay extensión más grande que mi herida,
lloro mi desventura y sus conjuntos
y siento más tu muerte que mi vida.
lloro mi desventura y sus conjuntos
y siento más tu muerte que mi vida.
Se trata de una alma joven, noble, llena de sueños que se apagaron todos juntos, de un tirón, sin que Samira pudiera al menos reparar en el dantesco accidente de motocicleta que mató su preciosa sonrisa a la par que extinguió su vida o decirnos a todos sus amigos (los reales y los virtuales de FB) algún saludo de despedida, un adiós. La muerte trapera nos la arrebató de golpe, así traicionera y cruel cual es, le negó hasta la despedida con apenas 22 abriles cumplidos (su cumpleaños 23 sería en noviembre, a no ser por la irrupción de la terrible Guadaña). Reproducimos la Elegía del gigante Miguel Hernández, en voz del maestro Serrat, implorándole a Dios que lleve a buen resguardo el espíritu de Samira, pues con toda sinceridad lo merece sobradamente, por las virtudes y cualidades positivas de que estaba dotada. He aquí nuestra elegía de adiós a Samira Núñez. Descansa en paz, amiga:
0 comentarios:
Publicar un comentario