El problema es la percepción que tienen los ciudadanos de la corrupción. Ese ha sido el mantra del gobierno durante años, y por tanto, deberemos suponer que la lucha contra la corrupción no camina porque los encargados de hacerlo están tan ensimismados en comunicar que se les ha olvidado cuál era el argumento de la película. Convencidos de que manipulando los mensajes, trabajando en los temas de imagen y propaganda es como se ganan las elecciones (y les ha ido bien) se "olvidaron" de atajar el problema. Dice Hotoniel Bonilla: "Si en el país existieran instituciones fuertes..." y lo que se oye es "si mi abuela tuviera ruedas..." ¡Sería una bicicleta! Invitadas a opinar todas las organizaciones internacionales con oficina en el país, el informe final es tan simple, que por obvio da vergüenza reconocer que ha sido tema de reunión de un consejo de ministros: para combatir la corrupción hay que cumplir las leyes. ¡Y nosotros pidiendo préstamos a esos mismos países para fortalecer las instituciones y combatir la corrupción! Sin embargo las cosas son bastante sencillas. Usted multiplica el sueldo de un funcionario por los meses que lleva en el cargo. Le suma lo que tenía antes, si es que ha hecho su declaración de bienes y esta no es una broma. Luego cuenta los millones que le ha costado la casa de veraneo y suma, resta, divide y multiplica. Como no le cuadrará, "percibirá" que se cometen indelicadezas. (¡Pero si basta con ver a Nuria los sábados y a Alicia los lunes).
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