La decisión de Morel deja al descubierto que la alcaldía de Tamboril sigue montada en el mismo caballo, pero con un jinete diferente, más ágil, peligroso y con mayor sed de poder, marcado por su interés mercurial innato. Con la devolución de los vales de gasolina, los mismos que el actual alcalde denunció como el peor antro de corrupción de la pasada administración municipal, la joven regidora ha lastimado la llaga por la cual se ha desangrado el erario de Tamboril: El manejo impropio e inadecuado de los recursos del pueblo.
Por Arturo Taveras
TAMBORIL.-En una actitud honesta y responsable, la concejal del Partido Miuca-Acción por el Cambio en este municipio, licenciada Jeorgelina Morel, devolvió a la alcaldía local varias órdenes de combustibles que les fueron entregadas por el ejecutivo municipal, sin ella tener vehículo. La seriedad demostrada con esa actitud por la funcionaria edilicia fue aplaudida por la población, pero condenada por los ediles oponentes a su partido que mensualmente reciben vales de parte del alcalde para el consumo de combustibles, gastos que muy pocos pueden justificar.
La decisión de Morel deja al descubierto que la alcaldía de Tamboril sigue montada en el mismo caballo, pero con un jinete diferente, más ágil, peligroso y con mayor sed de poder, marcado por su interés mercurial innato. Con la devolución de los vales, los mismos que el actual alcalde denunció como el peor antro de corrupción de la pasada administración municipal, la joven regidora ha lastimado la llaga por la cual se ha desangrado el erario de Tamboril: El mal manejo inadecuado de los recursos del pueblo. Esa mujer, valiente, decidida y de temple ha puesto al descubierto que la incipiente administración municipal lleva el camino torcido y empantanado que en campaña denunció el actual alcalde, el cual no ha podido enderezar y tiene tendencia a doblarse aún más. Jeorgelina Morel hizo bien al devolver los vales que para la compra de combustibles le entregaron, porque al no tener vehículos no puede justificar el uso de esos recursos del pueblo, los que al aceptar y gastarlos en otra cosa constituiría un acto de corrupción. Su decisión ha desatado los demonios en el cabildo, porque el comunicador José Luís Deschamps conoció del caso, lo divulgó y adquirió copia de los vales y de la carta donde la concejal comunicaba y justificaba su devolución a la alcaldía. Aunque la regidora está en pleno derecho de entregar copias de esos documentos al comunicador, esa actitud es condenada por quienes pretenden escribir otro episodio oscuro en la administración del cabildo de Tamboril. Es aconsejable y plausible que el Concejo de Regidores y la alcaldía de Tamboril depongan su actitud de confrontación y presentación de alegatos injustificados y acojan la propuesta de Morel de que el importe de los recursos que devolvió sean entregados como ayuda a las agrupaciones culturales del municipio y a los estudiantes pobres que necesitan becas para poder cursar sus estudios. Fuente Diario 55.
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